¿Cómo saber el punto de cocción de la carne?

By itronicsmod
Last updated Jul 04, 2019
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La prueba del tacto para determinar el punto de cocción de la carne, una herramienta tradicional utilizada por expertos en parrillas de todo el mundo, no es tan precisa como se podría pensar. Muchos cocineros observan el color de la carne o usan la prueba del dedo para... Comprueba el punto de cocción de la carne , pero estos métodos no indican si es seguro consumirla. La única forma real de comprobar el punto de cocción es usar un termómetro para carne, que permite obtener una lectura precisa y específica de la temperatura.

Dicho esto, un conocimiento profundo del punto de cocción de la carne es una ventaja para cualquier cocinero de parrilla. Para encontrar el punto de cocción perfecto, es necesario saber qué textura, color y temperatura buscar en esa hamburguesa, chuleta o filete.

Textura y punto de cocción de la carne

Cocinar la carne al punto justo se basa en la textura. La carne poco hecha es suave y tersa, la término medio tiene un toque más crujiente, y la bien hecha está tan hecha que es casi controvertida.

La prueba del tacto no reemplaza a un termómetro, pero sigue siendo una buena manera de saber si el filete está casi listo.


¿Qué le sucede a la carne cuando se cocina?

Como cualquier alimento, un trozo de carne se reduce a su estructura celular. La carne está hecha de músculo. Un músculo está compuesto de fibras proteicas rodeadas de vainas de colágeno. La humedad rodea estas fibras y crea el jugo de un buen filete; un trozo de carne puede tener hasta un 70 % de humedad. La grasa también puede estar veteada en todo el corte.

Cuando un trozo de carne toca la superficie de una parrilla, las proteínas comienzan a desintegrarse. Esto se llama desnaturalización. Las capas de colágeno se deterioran, las proteínas se descomponen y la humedad se pierde en el filete. Por eso, un trozo de carne parece arrugarse si se cocina rápidamente.

Cuanto más caliente esté la carne, más se descomponen las proteínas y más dura se vuelve. Para una buena parrilla, es necesario lograr el nivel perfecto de descomposición sin perder demasiada humedad.

Un trozo de carne cruda se siente como agua. Un trozo de carne muy bien hecho está tan seco que es casi crujiente. La gama completa de texturas entre ambos representa una infinidad de sabores y estilos de cocina.


Suave, duro y crujiente

Use el dedo o un utensilio para comprobar el punto de cocción de la carne. Pinche la carne con cuidado para no dañar la superficie.

Preste atención a cómo cede la carne al aplicarle presión. La carne poco hecha se sentirá blanda. La carne bien hecha estará dura. La carne crujiente no conserva la humedad. Los diferentes métodos de cocción darán resultados diferentes.


Cómo utilizar la prueba de la palma

Mantén la mano suelta y relajada. Con el otro dedo, siente la zona carnosa de la palma, debajo del pulgar. Así se siente la carne cruda, completamente cruda. Al flexionar la mano, puedes recrear los diferentes niveles de cocción con la tensión muscular.

  • Tócate el pulgar y el índice. Es la sensación de la carne cruda.
  • Toque con su segundo dedo para recrear el término medio de la carne.
  • Toca tu dedo pulgar con tu dedo anular para obtener una carne a punto.
  • Toca tu meñique para sentir la textura de la carne bien cocida.

Este método no es del todo preciso; algunas personas tienen más tensión en las manos. Aun así, puedes usarlo para aprender a cocinar la carne sin quemarte los dedos.

Las variaciones de este método simplemente implican comprobar la tensión de un músculo diferente. Puedes apretar el puño, sentir la tensión de la mejilla o incluso usar el bíceps; lo único que haces es comparar los diferentes niveles de tensión muscular con la firmeza de un filete.


¿Se puede comprobar el punto de cocción de la carne por el color?

La fantasía de asar a la parrilla es poder saber si un filete está listo con solo mirarlo. Puedes oír el chisporroteo, ver los bordes crujientes y oler los jugos de la cocción perfecta; así que está listo, ¿verdad?

No necesariamente. La carne debe alcanzar una temperatura interna mínima para cumplir con las normas de seguridad alimentaria. Para cortes enteros, esta temperatura es de 145 grados; para carnes molidas, esta temperatura sube hasta 160 grados. El reto de la cocción poco hecha es cumplir con estas directrices sin que el filete quede demasiado cocido.

De rosa a listo

Existe cierta correlación entre el color y el punto de cocción. En general, un corte de carne crudo es extremadamente rosado o rojo. La cocción oscurece este color a medida que la carne pierde humedad y cambia su estructura.

La carne de res tiende a cambiar de color, pasando de rojo a rosado y luego a marrón, según alcanza diferentes etapas de cocción. Las aves y el pescado tienden a cambiar de rosado a blanco, aunque los camarones conservan su color por fuera una vez cocidos.

Los jugos de un trozo de carne también cambian de color. Las carnes blancas tienen jugos claros al cocinarse completamente. Las carnes rojas desprenden jugos más oscuros según el grado de cocción.

Por qué el color no es preciso

El problema es que, si bien la cocción modifica la apariencia de la carne, estos cambios no son predecibles. Factores como el tipo, el corte, la edad y la preparación influyen en el color de cualquier tipo de carne.

Para relacionar correctamente el color con el punto de cocción, es necesario comprobar el color interior de la carne. Desafortunadamente, un corte en el centro de esa hamburguesa perfecta la arruinará por completo. Técnicamente, cortar cualquier trozo de carne antes de que esté listo liberará los jugos y resultará en una comida más seca y dura.

Un termómetro para alimentos es la única forma de saber cuándo un trozo de carne está listo. Puedes usar la vista y otros sentidos para hacer estimaciones muy precisas, pero solo una medición de la temperatura puede garantizar tanto el sabor como la seguridad.


Cómo usar un termómetro para comprobar el punto de cocción de la carne

Los cortes enteros de carne, como la de res, venado y cerdo, deben alcanzar una temperatura interna de 145 grados. Las carnes molidas, como la de res o las salchichas, deben alcanzar una temperatura interna de 160 grados. Independientemente de su preparación, las aves siempre deben alcanzar una temperatura mínima de 165 grados.

Una vez que un trozo de carne ha alcanzado la temperatura ideal, El USDA recomienda Retíralo del fuego y déjalo reposar tres minutos. Este tiempo garantiza que todo el corte esté completamente cocido.

Todo cocinero asador debería invertir en un termómetro para carne de alta calidad. Un termómetro sencillo de una sola punta funcionará en la mayoría de las situaciones de cocina. Muchos termómetros digitales incluyen más funciones y prometen mayor precisión. Termómetros para alimentos ThermoPro Vienen en variedades estándar y profesionales; elija uno que se adapte a su estilo de asar.

Calibración de su termómetro

Los termómetros miden con precisión. Para asegurar que la pantalla lea correctamente, es necesario calibrar el termómetro.

La forma más fácil de hacerlo es con un vaso de agua helada. Llénelo con hielo, añada agua y espere un minuto a que el agua se enfríe. Coloque el termómetro contra el hielo y compruebe la temperatura.

Si su termómetro marca 32 grados, está perfectamente calibrado. Si no es así, anote la diferencia y utilícela para tomar medidas precisas. Un termómetro que marca 35 grados al tocar hielo está exactamente 3 grados descalibrado. Algunos termómetros permiten ajustar la lectura después de calibrarlos.

Cómo comprobar el punto de cocción de la carne

Use el termómetro en la parte más gruesa de la carne. Esta parte siempre tardará más en cocinarse; si está lista, el resto también lo estará. Espere 45 segundos o hasta que la pantalla deje de parpadear para ver la temperatura exacta. Pueden pasar bolsas de aire caliente a través de un filete o una pechuga de pollo e indicar una temperatura más alta, pero estas bolsas solo duran un instante.

Un termómetro perfora un filete. Esto es inevitable, pero puedes planificar para minimizar el daño. Primero, usa la vista o la prueba del dedo para determinar con precisión cuándo la carne está casi lista. Después, inserta el termómetro desde un lateral o en una parte ya dañada del corte. Asegúrate de que la punta del termómetro llegue al centro.

Cocinar con la temperatura como guía

Tenga en cuenta la correlación entre la temperatura de la carne y su sabor. Un filete a 62 °C y uno a 68 °C tendrán texturas y sabores diferentes. Use el termómetro para lograr el punto de cocción ideal una y otra vez.

Los filetes poco hechos y al punto se pueden cocinar a 130 o 135 grados. No intente esto con otros tipos de carne y tenga en cuenta que comer carne poco hecha puede suponer un riesgo inherente.

Los filetes que se supone que deben estar poco hechos deben mantenerse a menos de 40 grados y cocinarse inmediatamente después de sacarlos del refrigerador. Sea prudente y confíe en su instinto. No cocine filetes poco hechos en la nevera de una barbacoa; podrían haberse calentado durante el día.

Al cocinarse, un trozo de carne pierde humedad, se oscurece y adquiere una textura más dura. Equilibrar estos factores es una cuestión de habilidad. Se busca conservar la humedad, controlar la textura y servir un producto seguro para el consumo. Si no está seguro sobre la temperatura de un trozo de carne, cocínelo a 165 grados; siempre es mejor ir a lo seguro cuando se trata de seguridad alimentaria.

Tu termómetro para alimentos es el indicador más preciso del punto de cocción de la carne. Aprende a usarlo bien y conseguirás filetes perfectos siempre.

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