3 platos clásicos que no sabías que los chefs preparaban con termómetros
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Cuando la mayoría de la gente piensa en termómetros de cocina, lo primero que les viene a la mente es un pavo de Acción de Gracias o un buen chuletón a la parrilla. Pero en las cocinas profesionales, los termómetros se usan para mucho más que asados y barbacoas. Los chefs confían discretamente en ellos para perfeccionar platos delicados y cotidianos, a menudo de maneras que la mayoría de los cocineros caseros jamás imaginarían.
Este es uno de los "secretos invisibles" de la cocina de restaurante. Mientras los comensales se maravillan con la textura sedosa, el sabor equilibrado o la cobertura dorada y crujiente de un plato, lo que no ven es un termómetro discretamente colocado en una cacerola o sobre aceite caliente. El control preciso de la temperatura es lo que transforma un plato de común y corriente a extraordinario.
Hoy, desvelemos tres recetas sorprendentes: huevos poché, crème brûlée y tempura japonesa, donde la precisión de la temperatura es el arma secreta del chef. Y con las herramientas adecuadas y asequibles, puedes hacer lo mismo en tu cocina.
1. Huevos escalfados: perfectos para el restaurante en todo momento
Los huevos escalfados son uno de esos platos engañosamente sencillos que intimidan incluso a los cocineros caseros más experimentados. El reto no es solo sumergir un huevo en agua caliente; es conseguir que esa clara nítida y tierna cubra una yema perfectamente líquida.

Por qué importa la temperatura
Las claras de huevo empiezan a cuajar alrededor de los 60 °C (140 °F), mientras que las yemas se endurecen cerca de los 65-71 °C (150-160 °F). Esto significa que si el agua hierve a 100 °C, las claras se endurecen demasiado rápido y la yema corre el riesgo de cocerse demasiado antes de que la parte exterior esté cuajada. En cambio, los chefs recomiendan un rango suave de 77-82 °C (170-180 °F), justo por debajo del punto de ebullición a fuego lento.
Huevos escalfados paso a paso
- Calienta 7,5 cm de agua en una cacerola hasta que alcance una temperatura de 77-82 °C (170-180 °F). Verifica la temperatura con el termómetro de lectura instantánea TP19H .
- Casca un huevo fresco en un tazón pequeño (la frescura es clave, ya que los huevos más viejos se expanden más).
- Introduce el huevo con cuidado en el agua. No es necesario removerlo: el calor constante es suficiente.
- Escalfar durante 3-4 minutos hasta que las claras estén firmes pero la yema todavía esté líquida.
- Retirar con una espumadera, escurrir y servir sobre tostadas, ensalada o tazones de cereales.
Errores comunes
- Agua hirviendo: Esto provoca que las claras queden deshilachadas y las yemas demasiado cocidas.
- Huevos viejos: se esparcen demasiado en el agua.
- Sin control de temperatura: adivinar conduce siempre a inconsistencias.
Sugerencias de presentación
Cubre una tostada de aguacate con un huevo poché, añádela a tazones de cereales o úsala como un aderezo de lujo para ramen. Su yema, perfectamente líquida, también funciona como salsa natural.
2. Crème Brûlée — Cremosa, nunca revuelta
La crème brûlée es exquisita, pero es sorprendentemente fácil de arruinar. Su sedosa base de crema pastelera está hecha de nata, yemas de huevo y azúcar, un trío que requiere un calor preciso para transformarse en una textura aterciopelada sin cuajar.

Por qué importa la temperatura
Las proteínas del huevo empiezan a coagularse alrededor de los 71 °C (160 °F). Si se superan los 80 °C (175 °F), estas proteínas se aglutinan, convirtiendo la crema en huevos revueltos. Por eso los pasteleros profesionales controlan la temperatura de la crema casi con devoción.
Crème Brûlée paso a paso
- En una cacerola, caliente 2 tazas de crema espesa con un chorrito de vainilla hasta que alcance los 71 °C (160 °F). Pruebe con el termómetro de lectura instantánea TP19H .
- Batir 5 yemas de huevo con ½ taza de azúcar hasta que estén pálidas. Incorporar la crema lentamente para evitar que las yemas se estropeen.
- Vierta la mezcla en moldes para pastel colocados dentro de una fuente para hornear llena hasta la mitad con agua caliente.
- Hornee a 160 °C hasta que el centro alcance una temperatura de 77-80 °C (170-175 °F). Verifique la temperatura con cuidado con el termómetro.
- Refrigerar las natillas durante varias horas. Espolvorear azúcar por encima y luego caramelizar con un soplete.
Errores comunes
- Sobrecalentar la crema: puede quemarla o alterar su sabor.
- Saltarse los controles de temperatura: da como resultado una crema cuajada o gomosa.
- Horneado excesivo: las natillas pierden su característico “bamboleo”.
Sugerencias de presentación
Infusione la crema con granos de café, lavanda o ralladura de cítricos para darle un toque especial. Sírvala con frutos rojos frescos para equilibrar.
3. Tempura japonesa: crujiente, dorada y no grasosa
La tempura parece sencilla: solo camarones rebozados o verduras fritas en aceite. Pero lograr esa textura ligera, crujiente y esponjosa sin que quede pastosa es todo un arte. Para los chefs japoneses, todo se reduce a una sola cosa: la temperatura del aceite.

Por qué importa la temperatura
Si el aceite está demasiado caliente (por encima de 188 °C), la masa se quema antes de que se cocine por dentro. Si está demasiado frío (por debajo de 165 °C), la comida absorbe el aceite, quedando grasosa en lugar de crujiente. El punto óptimo es de 171 a 182 °C.
Tempura paso a paso
- Prepare una masa liviana: 1 taza de harina, 1 huevo frío y 1 taza de agua helada (la masa fría ayuda a obtener una textura crujiente).
- Calienta el aceite vegetal en una sartén profunda a 177 °C (350 °F). Para una comprobación rápida sin contacto, usa el termómetro infrarrojo TP30 .
- Sumerja los camarones o las verduras en rodajas en la masa, sacudiendo el exceso.
- Freír en tandas pequeñas durante 2-3 minutos hasta que estén ligeramente doradas.
- Escurrir sobre toallas de papel y servir con salsa para mojar.
Errores comunes
- Adivinar la temperatura del aceite: produce resultados grasosos o quemados.
- Sobrecargar la sartén: la temperatura del aceite baja rápidamente.
- Masa espesa: evita que el tempura tenga un acabado ligero y aireado.
Sugerencias de presentación
Sirva camarones, rodajas de calabaza o champiñones con salsa tentsuyu (salsa de soja, dashi, mirin). Acompañe con arroz o fideos para una comida equilibrada.
Herramientas que facilitan el trabajo en casa
Los chefs no dejan la temperatura al azar, y tú tampoco deberías. La buena noticia es que las mismas herramientas de precisión que usan los profesionales ahora son asequibles para los cocineros caseros:
- Termómetros de lectura instantánea : rápidos, precisos y perfectos para tareas como huevos escalfados o natillas.
- Termómetros infrarrojos : sin contacto, ideales para controlar la temperatura del aceite al freír tempura.
- Termómetro de lectura instantánea TP19H : compacto, muy preciso y de solo 20 dólares: una herramienta imprescindible para todos los días.
- Termómetro infrarrojo TP30 : también alrededor de $20, versátil tanto para cocinar como para usos domésticos (como solucionar problemas de aire acondicionado o verificar motores de automóviles).
Conclusión
Desde la delicada cocción a fuego lento que hace que los huevos escalfados queden impecables, hasta la precisa textura de la crème brûlée, hasta el punto dulce y chisporroteante del aceite de tempura, los chefs saben que la temperatura es el ingrediente invisible que hace que estos platos brillen.
Muchos cocineros caseros no se dan cuenta de que los termómetros son la herramienta secreta detrás de estas recetas aparentemente fáciles. Pero ahora ya lo sabes: no necesitas una cocina de restaurante para dominarlos.
Con herramientas asequibles y fáciles de usar como el termómetro de lectura instantánea TP19H y el termómetro infrarrojo TP30 , puede llevar a casa una precisión de nivel de restaurante.
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